Dejó las maletas en el suelo, junto a la puerta y miró con interés la habitación que se le había asignado.
- Pues para haber llegado a mitad de curso no está nada mal.- murmuró caminando hacia la gran cama adoselada con cortinas de terciopelo negro, a juego con la ropa de cama, de seda y el mismo tono-. ahora a integrarme con gente que no conozco de nada...
Tenía verdadero terror a sentirse rechazada.